lunes, 14 de julio de 2014

José Abelardo Quiñones Gonzáles

* José Abelardo Quiñones Gonzáles !!
(José Abelardo Quiñones Gonzáles o González; Pimentel, 1914 - Quebrada Seca, 1941) Héroe de la aviación peruana. Nacido el 22 de abril de 1914 en el puerto de Pimentel, convertido hoy en distrito de la provincia de Chiclayo, departamento de Lambayeque, José Quiñones era hijo de José María Quiñones Arizola y de Juana Rosa González Orrego. Egresó de la Escuela Central de Aviación Jorge Chávez con la promoción Comandante Raguz y recibió por Resolución Suprema nº 2, el 9 de enero de 1939, su despacho de alférez de aeronáutica. En la fecha de su graduación, durante la demostración aérea de su promoción, asombró a la concurrencia realizando un vuelo invertido a un metro del suelo, con lo que demostró sus portentosas aptitudes, rayanas en lo imposible.
En 1941 se produjo la agresión ecuatoriana en la frontera Norte. La primera división ligera, en su orden del 2 de julio, fijó la misión de recuperar la frontera en una maniobra apoyada por la acción de la aviación sobre el puerto ecuatoriano de Quebrada Seca. Es así como a las 07:50 horas del 23 de julio, conforme consta en los partes de misión y en los testimonios escritos de testigos presenciales, la escuadrilla 41 despegó para dar cumplimiento a su misión.
Dicha escuadrilla estaba al mando del teniente Antonio Alberti, acompañado de los tenientes Fernando Paraud y José Quiñones y del alférez Manuel Rivera. A las 08:00 horas se encontraron sobre el objetivo e iniciaron el pasaje para dar cumplimiento al bombardeo de Quebrada Seca. En ese preciso momento y cuando el teniente Quiñones efectuaba un descenso para lanzar sus bombas, su avión fue alcanzado por el fuego de las piezas antiaéreas enemigas, quedando afectado en sus partes vitales.
Envuelto en llamas su avión, el teniente Quiñones, lejos de utilizar su paracaídas, en el uso del cual era experto, con plena conciencia de sus actos mantuvo el equilibrio de la máquina y describió con ella un ceñido viraje hacia la batería enemiga, contra la que se estrelló destruyéndola por completo. 
Cumplió así la misión confiada heroicamente, con desprendimiento, valor, abnegación y el sacrificio de su propia vida, que había jurado consagrar a la patria cuando recibió su espada de oficial de la Fuerza Aérea del Perú. La propia Fuerza Aérea ecuatoriana reconoció el heroísmo de Quiñones y el gobierno del Perú le concedió el ascenso póstumo al grado de capitán de Aeronáutica por muerte en acción de armas.
Por ley nº 16126, del 10 de mayo de 1966, el congreso de la República lo declaró héroe nacional, a la vez que dispuso que el día 23 de julio de cada año, aniversario de su sublime sacrificio, fuese declarado el día de la Aviación Militar del Perú y que se efectuasen en la citada fecha ceremonias conmemorativas recordatorias en todas las bases aéreas de la República. De esta manera exalta el país los méritos de uno de sus hijos más queridos, cuyo ejemplo constituye una lección de patriotismo para las presentes y futuras generaciones de peruanos.

Alfonso Ugarte

* Alfonso Ugarte !!!
Alfonso Ugarte nació en la ciudad de Iquique en la Provincia de Tarapacá, el 13 de julio de 1847, sus padres fueron Narciso Ugarte y Rosa Vernal Carpio. Estudió en su ciudad natal y en Valparaíso, donde se graduó de contador.

En 1876 regresó a Iquique; trabajó administrando las empresas salitreras de su familia, y en el sector público llegó a ser Alcalde de la ciudad.

Al inicio de la Guerra del Pacífico, Ugarte, quien se encontraba pronto a viajar a Europa a contraer matrimonio con su prima Timotea Vernal, decidió quedarse en su ciudad natal y organizar un batallón con su propio dinero, batallón que estaría integrado por obreros y artesanos de Iquique.
Participó en la Batalla de Tarapacá donde, tras poner en fuga a la caballería chilena con el fuego del Iquique, fue herido de bala en la cabeza no obstante siguió combatiendo. Tras la victoria se replegó junto con el ejército peruano y la población tarapaqueña hacia Arica.
En Arica participó en las dos Juntas de Guerra que realizó el coronel EP Bolognesi donde se tomó el acuerdo de defender la plaza "hasta quemar el último cartucho".
Murió combatiendo en la Batalla de Arica. La historia señala que se lanzó a caballo desde la cima del Morro para evitar que las tropas chilenas se apoderen del Pabellón Nacional.

Se dice que su cadáver no llegó a ser recuperado a pesar de la generosa recompensa que ofreció su familia supérstite, residente en la ciudad de Lima por causa del conflicto, por este hallazgo. Sin embargo, intentando dilucidar este último asunto, Heraldo Arosemena logró en 1979,en su calidad de presidente del Centro de Estudios Histórico-Militares del Perú, la autorización de abrir la supuesta tumba de Alfonso Ugarte encontrando, efectivamente, restos envueltos en una bandera peruana.

Existe una pintura del héroe, al momento de lanzarse a caballo desde el Morro de Arica. Esta obra fue realizada por el artista italiano conde Agustino Ludovico Marazzani Visconti en 1905.

El testamento ológrafo del coronel Ugarte fue notarialmente abierto en Arequipa el 8 de julio de 1880, dado que Iquique, Perú, ciudad donde se había suscrito, había sido ocupada por el ejército chileno durante la campaña de Tarapacá, el documento que consta de 15 páginas y contiene las últimas disposiciones patrimoniales y personales del héroe de Arica.

Andrés Avelino Cáceres

* Andrés Avelino Cáceres !!!!
(Ayacucho, Perú, 1833 - Lima, 1923) Militar y político peruano, héroe de la Campaña de La Breña durante la Guerra con Chile de 1879 y dos veces Presidente de la República peruana durante el Segundo Militarismo.
Andrés Avelino Cáceres estudiaba en un colegio de su tierra natal, cuando en mayo de 1854 lo visitó Ramón Castilla, caudillo que se había sublevado contra el gobierno de José Rufino Echenique, liderando a la facción liberal. El joven Cáceres se vio atraído por la figura del caudillo tarapaqueño y por los principios liberales, por lo que dejó de estudiar para convertirse en cadete del batallón Ayacucho, que estaba formando el general Fermín del Castillo.
Bajo sus órdenes, Cáceres libró en Lima la batalla de La Palma, en la fue derrotado. Por su participación fue ascendido a subteniente y muy pronto a teniente graduado y efectivo. Intervino nuevamente apoyando la causa de Castilla contra la revolución de Manuel Ignacio de Vivanco en Arequipa. Combatió en Yumina y Bellavista, y participó en el asalto de Arequipa, por lo cual lo ascendieron a capitán. En la toma de la ciudad recibió una herida bajo el ojo izquierdo que, felizmente, no le comprometió la vista.
Cuando se dio el conflicto con el Ecuador entre 1859 y 1860, Cáceres, que estaba aún convaleciente por las heridas recibidas en su última campaña, acudió a la defensa de la frontera. Luego fue enviado por el presidente Castilla a Francia, como adjunto militar a la Legación peruana en París, para curarse viejas y nuevas heridas, volviendo al país en 1862. Se integró al batallón Pichincha en Huancayo.
Al producirse los acontecimientos que llevaron a la Guerra con España, Cáceres se opuso firmemente a la actitud, que consideraba pasiva, del gobierno de Juan Antonio Pezet frente a la ocupación de las Islas Chincha por la Expedición Científica Española. Por su dura crítica al gobierno fue apresado y desterrado con otros oficiales, que lograron huir a Mollendo. Los prófugos se unieron a la revolución restauradora del honor nacional liderada por Mariano Ignacio Prado contra Pezet y el claudicante Tratado Vivanco-Pareja, que aceptaba las condiciones de la Armada española. Entonces, Cáceres fue ascendido y apoyó el golpe de estado de Prado, participando en la ocupación de Lima. Intervino en el Combate del Callao o del 2 de mayo de 1866, donde fue vencida la Armada española, que se retiró a la Isla San Lorenzo, para luego abandonar el Perú.
Después de estos hechos, Andrés Avelino Cáceres solicitó su retiro y se dedicó a la agricultura en la tierra que lo vio nacer, entre 1868 y 1872, hasta que se opuso al intento de golpe de estado de los hermanos Gutiérrez, contra el que se convertiría en el primer presidente civil, Manuel Pardo Lavalle. El líder del Partido Civil le otorgó la jefatura del batallón Zepita, que Cáceres aceptó gustoso. Tuvo que apagar un conato de rebelión que surgió en sus filas y marchó a Tarma y Chanchamayo para completar la formación de sus hombres. Participó contra la rebelión de Nicolás de Piérola en Moquegua, batiéndolo en el Alto de los Ángeles, luego de lo cual fue promovido a coronel graduado. Fue elegido Prefecto del Cuzco en 1877, sin abandonar sus obligaciones militares al frente del Zepita.
Cáceres colaboró en la reorganización del Ejército del Sur para su concentración en Tacna junto con las tropas bolivianas al mando del nuevo presidente, Narciso Campero, quien había dado golpe de estado a Hilarión Daza. En el país también se había dado una crisis política debido a la partida del presidente Prado, quien fue derrocado por Nicolás de Piérola. En ese contexto se dio la Campaña de Tacna, en la que intervino Cáceres, demostrando gran valor en el Alto de la Alianza (26/5/1880). Luego, el caudillo se dirigió a la capital, a la que arribó en agosto de 1880. Fue nombrado Comandante General de la V División del Ejército del Centro y fue a Huaral para concluir el entrenamiento del ejército de reserva.
Durante la Ocupación chilena (1881-1883), Cáceres organizó sus montoneras en el Valle del Mantaro, en la Sierra Central, y estableció su cuartel general en Matucana. Fue ascendido a general en agosto de 1881. Luego, reubicó su cuartel en Chosica, pero no por mucho tiempo. Le ofrecieron la presidencia en 1881, que no aceptó para no crear más divisiones. Las principales batallas de la Campaña de la Breña se dieron en Pucará el 2 de febrero de 1882; nuevamente Pucará, Marcavalle y Concepción el 9 de julio de 1882; y en Huamachuco el 10 de julio de 1882.
Esta última fue la única derrota considerable que sufrió el líder, pues los demás encuentros fueron victorias de Cáceres, que hasta hoy se recuerdan y rememoran a través del folklore popular de la región. Por sus destrezas en la lucha, ganó el apelativo delBrujo de los Andes. La exitosa Campaña de la Breña duró hasta que el caudillo del Norte, Miguel Iglesias, dio el Grito de Montán desde su hacienda en Cajamarca para poner fin a la guerra. Una Asamblea lo nombró Presidente Regenerador del Perú y lo facultó para firmar un tratado con Chile. Es así que se firmó el Tratado de Ancón de 1883, al que Cáceres se opuso.
Finalizada la guerra civil de 1895, se dirigió a Buenos Aires, donde permaneció hasta el año 1899. También vivió en París. Fue Ministro Plenipotenciario en Italia (1905-1911) y Alemania (1911-1914). Cuando volvió a su patria en 1915, favoreció la elección de José Pardo y Barreda. Como el presidente no correspondió, Cáceres apoyó el movimiento que en 1919 lo derrocó. Fue honrado con el título de Mariscal el 10 de noviembre de ese mismo año. Andrés Avelino Cáceres falleció en Lima el 10 de octubre de 1923.

Micaela Bastidas

* Micaela Bastidas !!!
Micaela Bastidas Puyucahua (Tamburco, Abancay, 23 de junio de 1744 - Cusco, 18 de mayo de 1781) fue una valiente precursora de la independencia hispanoamericana, jugó un importante papel en la historia del Perú. Esposa y consejera de Túpac Amaru II, su desempeño tuvo vital importancia en la rebelión de Tinta. Su ejemplo de coraje y determinación al defender sus ideales de justicia y libertad hasta su trágica y despiadada muerte en mano de los españoles, la convirtieron en leyenda y símbolo de la lucha americana contra la opresión y la explotación colonial.
Hija de Manuel Bastidas, descendiente de africanos , y de Josefa Puyucahua (o Puyucawa), indígena, la joven Micaela era de esbelta belleza y tez bronceada, con el cabello ondulado. Por sus raíces tanto africanas como amerindias era conocida por muchos como Zamba, nombre que se daba en época colonial a las personas producto del mestizaje entre africanos e indígenas.
El 25 de mayo de 1760 , poco antes de cumplir 16 años, se casó con el joven mestizo descendiente de la nobleza indígena José Gabriel Condorcanqui, en la iglesia de Nuestra Señora de la Purificación, en el pueblo de Surimana, lugar del curazgo de su marido. Condorcanqui era descendiente directo por línea materna del último Inca Tupác Amaru l. En 1764 fue nombrado cacique de los territorios que le correspondían por herencia, Pampamarca, Tungasuca y Surimana, y fijaron su residencia en Tinta, localidad perteneciente a Cusco.
Tuvieron tres hijos varones, Hipólito (1761), Mariano (1762) y Fernando (1768).
José Gabriel había recibido una educación privilegiada en colegios jesuitas de Lima y Cusco. Dominaba el castellano, el quechua y el latín , era un ávido lector y su interés por diversos temas le dio un nivel cultural remarcable. Poseedor de grandes extensiones de tierras y riqueza, cumplía múltiples roles en la administración de sus bienes. Como curaca debía mediar entre el corregidor y los indígenas a su cargo. Como próspero hacendado se vio afectado como el resto de la población debido a las alzas fiscales y la creación de aduanas internas. Como arriero recorría su territorio, viviendo de cerca las historias y desgracias de los trabajadores y sus duras condiciones. Como mestizo sentía que toda la injusticia con su gente lo tocaba en carne propia. Realizó reclamos y solicitudes oficiales a las autoridades coloniales de Tinta, Cusco y Lima, para que los indígenas fueran liberados del trabajo obligatorio en las minas y exonerados del cumplimiento de la mita, obteniendo siempre negativas o indiferencia y comenzó a desarrollar una ideología libertaria basada en la defensa de indígenas, esclavos , criollos y mestizos , orientada a la independencia de su territorio y comercio de las decisiones de la corona de España.
Cuando ella aconsejaba realizar un ataque inmediato a Cusco para lograr su rendición, su marido no la escuchó y en un grave error táctico se concentró en otras villas, al tiempo que fueron delatados por un traidor. El contingente de Túpac Amaru fue rodeado y emboscado, y junto a Micaela, sus hijos Hipólito de 18 años y Fernando de 10, y varios de sus familiares fueron apresados y llevados a Cusco, donde permanecieron presos en el convento de la Compañía de Jesús convertido en cuartel militar. Fueron sometidos a interrogatorios y tormentos para poder ubicar al resto de las tropas revolucionarias, les prometían disminuir la pena si delataban a sus amigos, pero no lograron conseguir de ellos ninguna información y el 14 de mayo fueron condenados a la pena capital.
La sentencia ordenaba el "descuartizamiento en vida para el jefe principal, mutilaciones y pena de muerte para los otros reos, amén de otros castigos".

El 18 de mayo de 1781 fueron llevados a la Plaza de Armas del Cuzco para ser ejecutados uno a uno. A su hijo Hipólito primero le fue cortada la lengua, por haber hablado en contra de los españoles y luego fue ahorcado. Micaela y José Gabriel fueron obligados a presenciar la muerte de su hijo, y luego la hicieron subir a ella al tablado. A la vista de su esposo y de su hijo Fernando, Micaela luchó con sus verdugos, hasta que finalmente la sometieron y le cortaron la lengua, su cuello delgado no alcanzaba al torno para ahogarla, y le echaron lazos al cuello que tiraban de uno y otro lado para estrangularla, dándole garrote y terminaron de matarla a patadas en el estómago y los pechos.
Luego llevaron al centro de la plaza a Túpac Amaru, quien también fue sometido a una espantosa muerte. Ambos fueron desmembrados y sus partes enviadas a diferentes pueblos de la región para ser exhibidos en las plazas públicas, alertando a sus habitantes sobre las consecuencias de rebelarse.
La convicción de los ideales de justicia y libertad de Micaela defendidos hasta la muerte, unida a su familia y luchando junto a su gente, convirtió su historia en leyenda e inspiración para la gesta independentista de América Latina.

Francisco Bolognesi

*FRANCISCO BOLOGNESI !!!
(Francisco Bolognesi Cervantes; Reyes, 1816 - Arica, 1880) Coronel peruano. Francisco Bolognesi es particularmente recordado por su heroica participación en la batalla de Arica, en la que murió el 7 de junio de 1880 luchando junto a sus soldados y después de pronunciar unas célebres palabras: "Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho". Su valentía y coraje han pasado a la historia como ejemplo de soldado de honor y de espíritu guerrero.
Hijo de Andrés Bolognesi, natural de Génova, y de Juana Cervantes, oriunda de Arequipa, fue su padrino el marqués de Montamira, caballero de la Gran Cruz Colorada. Realizó sus estudios primarios en Arequipa. En 1830 ingresó al Seminario Conciliar de San Jerónimo, donde estudió secundaria, sobresaliendo en el curso de matemáticas.
Desde muy joven, a la muerte de su padre (ocurrida el 27 de agosto de 1834), trabajó en el rotativo El Comercio de Arequipa. Estudió contabilidad y llegó a dominar el francés. A los 24 años se dedicó a los negocios de manera independiente, pero su principal interés se centraba en la vida política del país, que por aquel entonces atravesaba una etapa de anarquía.
Bolognesi escribió varios telegramas a Lizardo Montero a Moquegua y Arequipa, prometiendo que la plaza no se rendiría, pero pidiendo instrucciones y en especial la llegada de las fuerzas de Leyva, quien con tres mil hombres había sido comisionado por Montero para socorrerle. No recibió respuesta. Leyva se hallaba entonces en Tarata y, viendo cortado el camino hacia Arica por la ocupación chilena de Tacna, había partido hacia el norte, es decir, en dirección contraria. Le quedaba todavía una carta: la retirada hacia el interior, el valle de Azapa, pero no tenía autorización para ello.
El 7 de junio de 1880 se produjo el ataque por el lado este, a las cinco y media de la madrugada. Tras tres horas y media de lucha la bandera peruana fue arriada del morro. Los tripulantes del Manco Capac hundieron el barco para evitar su caída. El plan de las minas no funcionó. Según una versión chilena, Bolognesi corrió hacia la Santabárbara poco antes del final para hacer explotar las minas; al ver que no pasaba nada, gritó "Traición". Los peruanos vieron morir casi la mitad de sus efectivos; entre ellos el coronel Bolognesi, ultimado de un culatazo.